Hoy cuando han
pasado los años,
Reconozco que no
tendré
como pagar tu incondicionalidad.
Eres ese tesoro
oculto
Que el tiempo
tardó en revelarme
y la razón para
agradecer a Dios
por tenerte a mi
lado.
Pedirte perdón
por el daño
que
irresponsablemente te causé
Tus ojos verdes son
espejos
Que reflejan tu
nobleza
Tus labios son un
manantial
Desbordante de palabras
sabias
Tus manos jamás
Me han negado una
caricia
Y tienen las
huellas de la labor cumplida.
Tus pies
caminaron
de ciudad en
ciudad
cuando más necesité
tu presencia.
Hoy te ofrezco
los míos,
Quiero ser tu
bastón y servirte con amor.
¡GRACIAS POR SER MI MADRE!
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