jueves, 21 de noviembre de 2024

Querida Mona

Hoy cuando han pasado los años,

Reconozco que no tendré

como pagar tu incondicionalidad.

 

Eres ese tesoro oculto

Que el tiempo tardó en revelarme

y la razón para agradecer a Dios

por tenerte a mi lado.

Pedirte perdón por el daño

que irresponsablemente te causé

 

Tus ojos verdes son espejos

Que reflejan tu nobleza

Tus labios son un manantial

Desbordante de palabras sabias

Tus manos jamás

Me han negado una caricia

Y tienen las huellas de la labor cumplida.

Tus pies caminaron

de ciudad en ciudad

cuando más necesité tu presencia.

Hoy te ofrezco los míos,

Quiero ser tu bastón y servirte con amor.

 


¡GRACIAS POR SER MI MADRE!

 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Casa en pie

  Nuestra casa nació de un gesto pequeño, casi humilde, pero cargado de esperanza: la decisión de mi padre de comprar un terreno. Costó dosc...