Alexa y Carmela pasaron la noche
en casa de María Eugenia, prima de Alexa. Como solo había una cama —la de María
Eugenia—, ellas durmieron en el suelo, acomodándose como pudieron. La casa
estaba ubicada en un exclusivo barrio de estrato seis, en la ciudad de Cali, y
reflejaba el nivel de vida acomodado de su dueña.
A la mañana siguiente, salieron a
desayunar cerca de allí. Al regresar, le entregaron a María Eugenia un billete
de veinte mil pesos, que ella recibió sin titubear. En ese entonces, era una
suma considerable. Alexa y Carmela no pudieron evitar sentirse sorprendidas.
Les resultaba difícil comprender cómo alguien con una situación económica tan
holgada podía aceptar ese dinero, sobre todo sabiendo que Alexa atravesaba un
momento difícil de salud.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario