Ranchería de mis ancestros
quiñapira compartida
en la fiesta de Cristobal
donde cada sorbo
era un abrazo de abuelas
una risa de primos,
bajo el mantel de los días.
Nuestra casa nació de un gesto pequeño, casi humilde, pero cargado de esperanza: la decisión de mi padre de comprar un terreno. Costó dosc...
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