lunes, 29 de diciembre de 2025

Lo que el licor unió

 

Planeaban su matrimonio a lo grande: ceremonia privada, fiesta pública e invitaciones lanzadas desde una avioneta, porque el amor verdadero no se reparte en sobres. Mil invitaciones, orquesta, mariachis y carne en todas sus formas, pensando incluso en los estómagos más sensibles. Un amor considerado… al menos hasta el postre.

La novia ya tenía su vestido beige, el novio su traje y el calendario en círculo rojo alrededor del 30 de marzo de 2026.  El padrino que estaba presente les prometió el viaje a Machu Picchu

Un mes antes, el novio entró en razón —o salió del efecto— y dijo que no. Que aquella propuesta del 27 de diciembre no había sido un acto romántico, sino un exceso de espíritu navideño… embotellado. Y así, el matrimonio se canceló antes de despegar, sin avioneta y sin “sí, acepto”.

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