Ella es una mujer inteligente, tan acostumbrada a caminar por las calles que hasta el GPS le pedía consejos. Logró terminar la carrera de abogacía mientras trabajaba como empleada en una casa de familia.
Después, lideró un proyecto ambiental exitoso. Le llovieron premios nacionales e internacionales.
Pero un día, decidió probar suerte en la política. Y ahí sí, se metió en un pantano del que ni su proyecto ambiental podía rescatarla.
Hoy viaja en helicóptero, haciendo recorridos cortos, pero gastando dinero público con descaro. Dicen que su gestión está tan cuestionada por el Congreso que le gritaron en la última sesión: ¡Es hora que se baje del helicóptero!
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