Aquella noche, Ximena soñó que el exnovio de su sobrina llegaba hasta la puerta de su casa. No dijo una palabra. Solo sostenía dos coronas fúnebres.
Al despertar, trató de sacudir la sensación de mal presagio, pero algo en su interior no la dejaba tranquila. Días después, la noticia cayó como un golpe: el hombre había desaparecido, llevándose una fuerte cantidad de dinero y la confianza de toda la familia. Entonces comprendió que su sueño no había sido solo un mal presentimiento.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario