miércoles, 23 de julio de 2025

El club de los recuerdos

 Al langaruto, así lo llamaban Abril y Renata cuando se encontraban en el Club Militar del Eje Cafetero. Tenían prohibido mencionar su verdadero nombre.

Renata solía contarle a Abril todas las anécdotas del langaruto en su época de lancero, una etapa que le valió reconocimientos y respeto.
El tiempo parecía detenerse cuando hablaban de él, como si cada palabra tejiera de nuevo su presencia entre ellas.

En su último encuentro, Abril le dijo con firmeza:
—Fue un mal hombre… y aun así lo amaste.

Renata bajó la mirada, con una mezcla de nostalgia y decisión:
—Sí, lo amé… y seguiré viniendo a honrar su memoria.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Casa en pie

  Nuestra casa nació de un gesto pequeño, casi humilde, pero cargado de esperanza: la decisión de mi padre de comprar un terreno. Costó dosc...