En pleno centro comercial, Chispas, Minuto y Camas estaban reunidos: uno hablando rápido, otro mirando el reloj cada dos segundos y el otro… con sueño. Negociaban relojes de oro.
De pronto, Chispas le dice a
Camas:
—Hermano, préstame 5 millones y, mientras te pago, quédate con uno de estos
relojes.
Camas, confiaba mucho en Chispas
y le respondió: «De una».
Se fue, retiró el dinero del cajero, regresó y se lo entregó a Chispas, con bolsita y todo.
Chispas se despidió y
desapareció.
Al día siguiente, primera plana
del periódico:
«Abelino Pérez, alias ‘Chispas’, estafó a un centenar de personas en dos días».
Minuto casi se traga el reloj al
leerlo. Llamó a Camas de inmediato.
—¡Hermanoooo, ¿viste la noticia?!
Y justo cuando Camas respondió,
se oyó un grito y un estruendo tan fuerte que todo el edificio evacuó pensando
que era un terremoto. Al final, Camas estaba tirado en el piso, pegado a la
puerta… probablemente desmayado por recordar los 5 millones y el reloj que no
quiso recibir.
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